Muchas veces culpamos a otros por nuestras emociones. Decimos cosas como:
"¡Me hiciste enojar tanto!"
"Ella me pone de los nervios."
"Su actitud me deprime."
"Tus palabras me hirieron profundamente."
"Ese comentario me ofendió."
Estas frases son tan comunes que raramente las cuestionamos.
Pero, ¿y si estuviéramos equivocados? Sam Harris, reconocido filósofo y…