El Faro del Griego

El Faro del Griego

Lo opuesto al miedo

Lo que aprendí del libro "Puertas de Fuego" de Steven Pressfield.

Avatar de Cleon el Griego
Cleon el Griego
oct 20, 2025
∙ De pago
7
1
1
Compartir

Agosto del 480 a.C. Un pasillo estrecho entre las montañas y el mar, en la costa este de Grecia. Se llama Termópilas, “las puertas calientes,” por los baños termales que brotan cerca.

Jerjes, rey de Persia, marcha con un ejército que los griegos estiman en millones. Probablemente eran menos, pero suficientes para cubrir la tierra como una sábana enorme. Vienen a someter a Grecia entera.

Leonidas, rey de Esparta, llega con trescientos hombres. Más otros pocos miles de aliados griegos, pero son los espartanos los que se quedan hasta el final. Resisten tres días. Matan a miles. Una traición lo cambia todo: los persas encuentran un sendero de montaña que rodea el paso.

Leonidas despide a la mayoría de los aliados. Los espartanos se quedan. Saben lo que viene.

Al tercer día, todos muertos.

Grecia, sin embargo, gana tiempo. Y más tarde, gana la guerra.

Simonides, poeta lírico de la época, escribe el epitafio que queda grabado en la piedra:

“Ω ξειν, αγγέλλειν Λακεδαιμονίοις ότι τήδε κείμεθα τοις κείνων ρήμασι πειθόμενοι.”

“Ve y dile a los espartanos, extranjero que pasas, que aquí yacemos, obedientes a sus leyes.”


El único que sobrevivió

Steven Pressfield reconstruye la batalla en su libro Puertas de Fuego desde un ángulo interesante: no desde Leonidas, sino desde Xeones, un soldado auxiliar que sobrevive.

Xeones no es espartano de nacimiento. Es de Astakos, una ciudad que fue arrasada cuando era niño. Llega a Esparta como esclavo casi, pero termina peleando junto a Dienekes, uno de los mejores guerreros de las Termópilas.

Cuando todo termina, los persas lo encuentran medio muerto entre los cadáveres. Jerjes quiere entender qué llevó a esos hombres a quedarse. Ordena que lo mantengan vivo para que cuente la historia.

Y Xeones habla.

Lo que sigue es más que una crónica de batalla. Es un relato sobre cómo se forma un hombre que elige morir en lugar de retirarse. Cómo se vive cuando sabes que solamente vivir no es el objetivo. Y qué queda después, cuando todos han caído.


Lo que aprendí del libro Puertas de Fuego

1. El miedo no desaparece.

Los espartanos tiemblan antes de la batalla. Vomitan. Se mean encima. Algunos lloran. Phobos, el terror, es parte del combate. La solución no es eliminar el miedo. La diferencia es entrenar hasta que puedas actuar con él ahí presente.

Dienekes, el guerrero espartano, lo dice mejor: “El hombre libre es el que puede soportar el terror sin perder la razón.”

Me quedé pensando en eso porque en nuestro día a día, claro, no enfrentamos lanzas persas, pero sí enfrentamos cosas que nos dan miedo. Conversaciones difíciles. Cambios que no controlamos. Y lo que separa rendirse de seguir adelante es haber entrenado la capacidad de moverte con el miedo.

Los espartanos llamaban a eso askesis. Disciplina. Y la disciplina proviene de la práctica repetida de hacer lo correcto cuando todo en ti quiere hacer lo contrario.

Esta publicación es para suscriptores de pago.

¿Ya eres suscriptor de pago? Iniciar sesión
© 2025 Cleon, el Griego
Privacidad ∙ Términos ∙ Aviso de recolección
Crea tu SubstackDescargar la app
Substack es el hogar de la gran cultura