La voz que no es tuya
Solo puedes acceder a tu propia sabiduría fingiendo que eres otra persona.
Si eres tan raro como yo, tienes un consejero sabio dentro de la cabeza. El problema es que tiene una regla estricta: solo da consejos con objetividad, calma y sabiduría a otras personas.
Piénsalo: cuando tu mejor amigo viene destrozado porque cometió un error en el trabajo, sabes exactamente qué decirle: perspectiva, compasión, claridad.. Pero cuando tú cometes el mismo error, esa misma sabiduría desaparece. ¿A dónde se fue?
La respuesta es que la sabiduría nunca se fue. Simplemente no puedes acceder a ella mientras sigues siendo tú.
Puedes ser el mejor consejero para tus amigos o familiares, pero contigo mismo pierdes esa autoridad.
Pero hay un truco para cambiar esto. Algo que llamo “el doblaje”.