El Faro del Griego

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5 Errores Del Estoico Moderno

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Cuando la filosofía más práctica del mundo se malinterpreta.

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Cleon el Griego
ago 04, 2025
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5 Errores Del Estoico Moderno
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Una filosofía que ha sobrevivido más de dos mil años debe tener algo poderoso.

El estoicismo es una de mis filosofías favoritas - un mundo de ideas que me ha abierto puertas a diferentes maneras de ver el mundo y de vivir la vida.

Marco Aurelio escribía sus Meditaciones en una tienda de campaña, entre batallas. Epicteto había sido esclavo. Séneca tenía una de las cuentas bancarias más grandes de Roma. Tres hombres, tres circunstancias completamente distintas, pero todos llegaron a conclusiones similares sobre cómo vivir bien.

Pero incluso los sabios más admirados tuvieron puntos ciegos. Y es importante reconocer los puntos débiles en la filosofía e ideología que uno admira.

El estoicismo funciona. Por eso ha sobrevivido dos mil años y por eso humanos de todos géneros, todas edades, todas circunstancias lo practican hoy. Pero también por eso es fácil convertirlo en algo que no es: una defensa emocional, un manual de productividad, una excusa para la indiferencia.

Los mismos principios que hacían a los antiguos más sabios pueden hacernos a nosotros más ciegos.

Practicar el estoicismo hoy es valioso. Pero también fácil de malentender.

Estos son cinco errores comunes que lo desvían de su esencia.


Error 1: Malinterpretar qué significa "control".

"Hay cosas que están bajo nuestro control, y cosas que no lo están."

La dicotomía del control es el pilar del estoicismo. También es la más malinterpretada.

Cuando los estoicos hablaban de "control," se referían a nuestras respuestas internas: nuestros juicios, nuestras decisiones, nuestras reacciones.

Cuando la gente moderna habla de "control," piensa en resultados externos: hacer que las cosas salgan como queremos.

Marco Aurelio no intentaba controlar las guerras germánicas. Controlaba cómo las enfrentaba. Epicteto no intentaba controlar su cojera. Controlaba cómo la vivía. Séneca no intentaba controlar a Nerón. Controlaba cómo respondía a él.

El mundo moderno nos vende la fantasía del control total: la idea de que, si haces todo bien, todo saldrá bien.

La diferencia es enorme: controlar tu respuesta vs. controlar el resultado.

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